Esa es la clave. Y el consejo del sabio. Que así con pocas palabras, a su estilo nos lo dijo el pasado 19 de octubre el humilde campeón del mundo. Cuando recién venía de recoger el máximo galardón de nuestra Generalitat. Uno de los mejores de la Historia. Uno de los pocos que se atrevió a marcar dos golazos como dos panes en una final de la Copa del Mundo. Y frente a Holanda. En un memorable partidazo. Que no te cansas de volverlo a ver, che… Ahí es nada… fútbol en estado puro. Con todos aquellos millones de serpentinas cayendo…

Un genio de los que salen uno cada 50 años. Si es que sale. Un hombre que hizo muy feliz a los rosarinos ( a toda la Argentina, claro), a los valencianos y a los alicantinos. Pues allá por donde pasó sólo dejó alegría y amigos. Porque además, siempre fue y será un caballero. Dentro y fuera del campo. De esos que ya no quedan… que con tristeza suspiraría mi madre. Nuestro número uno ‘for ever’…

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