Hay que ver como de revuelto anda el patio jurídico. Sobre todo en lo que atañe a los consumidores y usuarios. Y a los sufridos contribuyentes. Y ciudadanos.

Después de saber por el Tribunal Constitucional y por dos veces, que la ruinosa encerrona del año pasado y sus secuelas de absurdos toques de queda y de caprichosos cierres perimetrales, era toda una pesadilla estalinista que además también era inconstitucional y al cuadrado. Por lo cual 46 millones de personas fueron cruelmente vejadas y arruinadas por nuestros sabios cogobernantes.

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