Porque sí. Porque después de tantas dudas, críticas, contradicciones, escándalos, casi nadie se ha dado cuenta de lo fundamental. De lo que estando a la vista de todos sin embargo, ha pasado desapercibido para la mayoría. Que aquella ola imparable de inmensa energía que rebosaba imprevista en las plazas del 15-M de aquel añorado 2011, por fin, y solo nueve años después ha llegado al poder. Síntoma innegable, al fin y al cabo, de la salud indiscutible de nuestra tantas veces denostada democracia. La insatisfacción, el hartazgo del predecible turnismo PP-PSOE, por fin ha sido superado en la dirección de nuestra nación.

Muchos, ante esta imprevista novedad, dudan y antes de que comience la labor del gobierno ya le niegan el pan y la sal. Pero ojalá que aquella centella, aquella novedosa e innegable sensación que rompía las plazas guie a este nuevo gobierno. Porque hace falta porque todos esperamos el cambio. Como en el 82 con Felipe lo anhelabamos.

Y son tantas las causas las buenas causas que el pueblo aguarda que sean afrontadas. Y especialmente una. La atención a los millones de españolitos esquilmados por los bancos. Porque en esto, señores del nuevo gobierno una vez más España ha sido y bien tristemente diferente.

Pues no ha habido en nuestro entorno mayor número de afectados por tantos y tan letales tóxicos bancarios: Valores Santander, acciones del popular, hipotecas Multidivisa, bonos estructurados, cláusulas suelo…Más de 10 millones en suma de ciudadanos arruinados por los tiburones sin numero, financieros desenfrenados. Damnificados que sin duda esperan que por fin sea el ejecutivo el que tome el relevo. Que de manos de los jueces sea ahora el nuevo gobierno quien lleve la iniciativa y que por mor de la ley por fin se haga justicia. Reparando el desafuero sin parangón que en esta materia bancaria nuestra sufrida gente casi en silencio ha padecido. Sin esperanza hasta ahora que por fin el 15-M de un modo u otro, y sin que muchos se hayan dado cuenta ha tomado las riendas. Unos pocos años después de tomar las calles.